INCREÍBLES TRADICIONES DE FIN DE AÑO
Las lentejas... ¿monedas de oro?
Tal como sucedió con las uvas en
España, en Italia parece haber comenzado una tradición de la mano de los
cultivos de lentejas. Pero es una tradición que tiene siglos de historia: los
romanos regalaban lentejas en estas fechas con el objetivo que éstas se
convirtieran en... ¡Monedas de oro! Además, si a ese regalo se le agregan
sinceros deseos de prosperidad y salud, aumentar el poder adquisitivo sería aun
más factible. Por eso, resulta usual que las mesas festivas italianas incluyan
un buen plato de lentejas: más comés, más ganarás. Con el calor de nuestras
latitudes por estos días es muy difícil sumar un guiso a nuestro menú, pero sí
podemos sumarlas a una ensalada... ¡Y confiar que funcione!
¡Rompé, Pepe, rompé!
Si por esas cosas de la vida pasás un
Año Nuevo en una casa en Dinamarca y de repente escuchás un tremendo estruendo
en la puerta del hogar, no te asustes: es un buen augurio que un vecino quiso
regalarte para el año que comienza. Es que en algunas zonas, romper platos, vasos
y otra vajilla aun es un hecho normal por estos días y sólo se traduce en
buenos presagios.
Conectados... Con los muertos
México es un país que se caracteriza
por mantener una relación “natural” con la muerte. Después de celebrar el Día
de Muertos el 2 de noviembre, creen que el primer día del año es un momento
ideal para comunicarse con los que fallecieron, pedirles consejos desde el más
allá y esperar por parte de ellos buenos augurios para el año entrante.
Una uva por cada campanada
Si con el pan dulce y los confites
llega a la mesa de Año Nuevo un racimo de uvas no hay por qué extrañarse: las
tías de la familia no planean una ensalada de frutas improvisada, sino que
buscan seguir una tradición española. Se trata de acompañar las campanadas de
la iglesia que anuncian la llegada del año nuevo con doce uvas, una por cada
sonido -que representan la llegada de las 12 de la noche- y también una por
cada mes del año. La costumbre se remonta a principios del siglo XX y, según la
teoría más afianzada, por esos años hubo un excedente de uva en las cosechas de
Alicante y Murcia, lo que generó que se tome como símbolo de un nuevo año que
comienza. Lo más supersticiosos aseguran que a aquel que logre comerlas en
forma sincronizada con las campanadas, le espera un gran año.
La fortuna, de la mano de los lunares
El comienzo de un nuevo año nos
enfrenta ante un balance inevitable y renueva las esperanzas de lograr metas
pendientes. Será por eso que el hecho de alcanzar una mayor fortuna se repite
en diferentes culturas. En el caso de Filipinas, los círculos representan a las
monedas, la buena suerte y la prosperidad. Por eso, se acostumbra usar ropa con
lunares (al mejor estilo años 60) y también guardan algunas monedas en los
bolsillos, que hacen sonar a la hora que comienza el nuevo año.
108 campanas, 108 pecados menos
Una tradición del budismo japonés
también tiene como protagonistas a las campanadas en la noche de Año Nuevo.
Pero no son doce, sino que desde los templos budistas nipones se hace sonar 108
veces la campana, ya que ese número es considerado sagrado y significa que
quienes la escuchen podrán eliminar de su corazón los 108 defectos que tenemos
los humanos, como la envidia o la ira.
Esas bombachas de colores
Si tu atuendo lo permite, el festejo
de fin de año vivilo con ropa interior roja (o rosa por estos lados). No hace
falta ningún otro requisito, sólo que tenga el color de la pasión. Esta
tradición, más extendida en España, asegura que al usar este color en nuestras
partes íntimas, nos aseguraremos un año entre sábanas lleno de amor. Hay otros
colores que también nos traen buenas vibras: las bombachas amarillas prometen
traernos dinero, y las azules, gozar de buena salud. Y si querés tener aun más
suerte, arrancá el año con ropa interior nueva. ¡Probemos!
Los reyes de la puntualidad
Con el conocido “té de las 5”, nos
damos una idea de cuán puntuales son los ingleses. Y una de las tradiciones más
conocidas de ese país también se asocia con el reloj. Porque aquel que sea el
primero en visitar a familiares o amigos después de las 12 con un regalo bajo
su brazo será bendecido con buena suerte durante el resto del año.
Soltera bajo el muérdago
En tiempos antiguos, resultaba
increíble que esta planta permaneciera tan verde durante las festividades del
hemisferio norte, cuando es pleno invierno. Entonces, se creía que era una
planta mágica que tenía poderes especiales. Por eso, se convirtió en un símbolo
de buena suerte, tanto como para los enamorados (que suelen besarse debajo de
él para “proteger” su relación), como para las solteras, que ponen frutos del
muérdago bajo la almohada durante la noche de año nuevo para atraer a una
pareja.
Fuente: Entre Mujeres
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