El mejor regalo que puede dársele a un niño en este verano son unos días de playa o piscina bien protegidos del sol.

1. Nunca expongas a los bebés y niños menores de cuatro años directamente al sol. Su piel es más fina e inmadura que la de los adultos y el riesgo de efectos negativos del sol es mayor (quemaduras, golpes de calor, insolaciones...).
2. Es importante usar un protector solar del factor 15 durante los 18 primeros años de vida. Esta sencilla medida puede reducir hasta un 78 por ciento el riesgo de padecer un cáncer de piel.
3. Evita exponer a los niños al sol entre las 12 y las 17 horas.
4. Si nuestros hijos tienen la piel clara, son pelirrojos, tienen los ojos claros… Deben usar cremas o lociones fotoprotectoras de un factor de protección mayor al 15.
5. Siempre se debe aplicar el protector 30 minutos antes de salir de casa y hay que renovar frecuentemente su aplicación cada dos horas.
6. En los lugares donde más sol haya, es importante usar gorras o sombreros anchos y gafas de sol con cristales homologados.
7. Ofrece con frecuencia líquidos a tu bebé, preferentemente agua, aunque no te lo pida. De esta forma evitas que tu bebé se deshidrate.
8. Utiliza gafas de sol para proteger sus ojos de las radiaciones solares. Los ojos de los bebés son más sensibles a las radiaciones solares que los de los adultos y la utilización de gafas de protección solar evita la aparición de problemas oculares en el futuro. Las lentes deben estar homologadas y los cristales filtrar al menos el 90% de los rayos UVA y UVB.