Quesos: ¿Cómo conservarlos en buen estado?
No todos los quesos se conservan de la misma forma y por eso hoy vamos a segmentar las formas de conservar un queso dependiendo del tipo de queso que vayamos a utilizar.
Los quesos frescos
Al ser muy perecederos tienen un período de
conservación muy corto que depende, como siempre, del estado de frescura que
tengan en el momento de su adquisición.
Trasvasarlos cuando los abráis a un tupper pequeño y colocar en el fondo 1 o 2 trozos doblados en 4 de papel absorbente de cocina que irá absorbiendo todo el líquido que el queso puede soltar. Os sorprenderéis de los resultados.
Trasvasarlos cuando los abráis a un tupper pequeño y colocar en el fondo 1 o 2 trozos doblados en 4 de papel absorbente de cocina que irá absorbiendo todo el líquido que el queso puede soltar. Os sorprenderéis de los resultados.
Los quesos frescos cremosos
Envasados en terrina, los de
untar, una vez abierto el envase es preferible consumirlos antes de que se
oxiden.
Si por cualquier motivo se quiere prolongar su conservación más allá de la
fecha de caducidad que indica el fabricante se pueden congelar con toda tranquilidad aunque ya no servirán para tomarlos
solos como
postre o untados sobre pan para merienda porque su estructura cambia,
se rompe un poco haciéndose granulosa y además se ponen ligeramente acuosos.
Los quesos blandos
Se
conservan bien en sus cajitas de origen y siempre en la nevera. Aunque llevan
fecha de caducidad es preferible tomarlos cuanto antes pues
están más frescos y jugosos.
Una vez abiertos, si se van a tomar en días sucesivos, se pueden dejar en sus mismas cajas envueltos con el mismo papel del interior, o mejor aún envolver este resto en lámina de plástico transparente y este paquetito guardarlo a su vez en el envase original, su caja de cartón o de madera.
Una vez abiertos, si se van a tomar en días sucesivos, se pueden dejar en sus mismas cajas envueltos con el mismo papel del interior, o mejor aún envolver este resto en lámina de plástico transparente y este paquetito guardarlo a su vez en el envase original, su caja de cartón o de madera.
Los quesos más o menos duros
Tales como los manchegos en
todas sus versiones, tierno, curado y semi-curado, el de bola u holandés, el
emmental que es el que lleva agujeros, el gruyer que no los lleva, el Gouda, el
de tetilla, el de Mahón, el Idiazábal, el Cheddar… se conservan bastante bien
envueltos con lámina de plástico transparente de gran calidad, es decir muy impermeable, o con varias
capas de la lámina corriente para que el aislamiento sea mejor. Aquí se pueden
notar grandes diferencias de conservación con una lámina u otra y pueden empezar
a crear moho más o menos rápidamente.
Otros métodos de conservación:
- Colocar en un tupper un recipiente con sal para que absorba la humedad y evite que se forme moho, la sal deberás cambiarla cada 3 o 4 días.
- Aunque suponga un desembolso inicial, no hay nada mejor como comprar una quesera para que el queso se conserve mucho mejor y durante más tiempo, ya que tienen una rejilla para regular el grado de condensación de su interior y mantiene así los quesos durante más tiempo frescos y sin moho, y sobre todo evitando malos olores en la nevera.
- Coloca el queso en una bolsa de congelar que llevan doble cierre y que contiene un dispositivo con el que puedes hacer un “embasado al vacío”, de esta forma al no entrar aire, no habrá fermentación.
Fuente: cristinagaliano.com
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